Surcar los alucinantes paisajes que ofrece el Eje Cafetero Colombiano es poder adentrarse a sus pueblos encantadores, llenos de coloridos balcones, hermosas fachadas y finos acabados. Muchos de esos predios de arquitectura colonial se han convertido en sedes de los más variados restaurantes, boutiques artesanales y bares cafés que no solo cautivan el paladar de sus comensales, sino que dejan sin aliento por la filigrana de sus decoraciones.