Germán A. Ossa E.
Tuve la oportunidad de conocer la obra de este artista que con unos trazos sencillos, ágiles, socarrones, pícaros y amables, construye composiciones en gran medida, sugerentes, llamativas, impecables. Y lo curioso, aparentemente repetitivas.
Mirando esos trabajos que por montones, día a día, realiza este creador que se ha obsesionado con las caras, uno se acomoda en cualquier rincón de la sala donde los exhibe, para meditar sobre sus interminables e indescifrables propósitos y se anima a concluir que él siente que el arte es la manera más práctica, más cómoda, más inteligente y más próxima, para entender la razón de ser de la creatividad.
El nombre de RENDILES, de nacionalidad venezolana, ya empieza a sonar para quedarse en nuestras memorias, juega con la imaginación, la magia, la inocencia, la alegría, el encanto, la amistad, la solidaridad, la unión, la confianza y la fe, con esos dibujos que concretados en unas caras (caritas) pegadas, seguidas, continuas, dan la impresión de procrearse de manera ininterrumpida, como la vida misma.