Explorar las pintorescas montañas de la cordillera Central, especialmente la región que comprende el Eje Cafetero, es como viajar en una máquina del tiempo. Cada calle de sus pueblos refleja la esencia de la colonización antioqueña. Para apreciar la magia de este asombroso destino, es importante reconocer el esfuerzo que supuso superar los desafíos naturales para conquistar estas tierras, dominadas por pendientes, ríos y valles. En 1870, cientos de familias antioqueñas emprendieron una travesía en busca de tierras para establecer fincas y fundar aldeas. Estos pioneros, conocidos como “los andariegos”, llevaron a cabo una revolución agraria en las cordilleras Central y Occidental, lo que resultó en la fundación de aldeas y pueblos, la construcción de caminos, la creación de fincas y haciendas, y la edificación de puentes sobre ríos y quebradas. Además, impulsaron el comercio de arriería con caravanas de mulas y bueyes y promovieron el cultivo del café. Esta labor sentó las bases para los actuales departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío.
Una manifestación tangible de este proceso histórico es la arquitectura colonial, que es una de las características más representativas del Paisaje Cultural Cafetero. Las construcciones de la región están profundamente influenciadas por el estilo español, destacándose los detalles en puertas y balcones, los amplios patios centrales y el uso de bahareque y tapia pisada en las edificaciones. Entre los edificios más notables se encuentran los templos parroquiales, capillas en hospitales, cementerios y algunos colegios religiosos.
La mayoría de los templos que vemos hoy en día fueron construidos a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, siguiendo una tendencia estilística de herencia europea conocida como eclecticismo historicista. En el caso de la arquitectura religiosa, esta tendencia presenta dos estilos principales: el de inspiración “clásica”, visible en los templos de Aguadas, Pácora, Salamina y Salento, y el “neogótico”, presente en la Catedral y los templos parroquiales de la Inmaculada Concepción y del Sagrado Corazón en Manizales, el templo de San José en Pereira, y en los templos de Chinchiná, Santa Rosa de Cabal, Sevilla, Calarcá, Guática y Marsella.
Cementerio de Nuestra Señora de la Valvanera Salamina, Municipio de Salamina, Caldas, Colombia Fuente: Maynard Dodson
Así pues, el Eje Cafetero destino inigualable que ofrece un viaje al pasado, donde sus montañas y pueblos reflejan el legado histórico y arquitectónico de los pioneros que transformaron un terreno desafiante en una próspera zona cafetera.