Una de las joyas culturales y naturales de Colombia, reconocida a nivel mundial por su singular belleza y su profunda relación entre población y el entorno, es el Paisaje Cultural Cafetero Colombiano (PCCC). Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011, el PCCC representa una región estratégicamente ubicada que combina a la perfección las tradiciones ancestrales con un paisaje de extraordinaria riqueza lleno de significado y que a partir de sus 4 valores fundamentales, se hace único por sus atributos, 16 características que se reconocen a cada paso que se da, bien sea en el campo, a través de sus laderas o en los centros urbanos de los 47 municipios que lo componen. Mi nombre es Andrés Giraldo, Informador de los Atractivos Turísticos de PCCC y te doy la bienvenida a este primer recorrido por este multicolor universo del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano.
Declaratoria como Patrimonio de la Humanidad
El PCCC fue inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad el 25 de junio de 2011 gracias a su excepcional integración entre naturaleza, cultura y economía en torno al cultivo del café, reconocimiento que destaca la adaptación de su gente, campesinos y caficultores a las condiciones geográficas y climáticas de esta particular zona de la región andina colombiana, así como a la riqueza cultural que se manifiesta en sus tradiciones, su arquitectura, sus festividades y por supuesto, a sus técnicas de cultivo.
Paisaje Cultural
Se conoce como “Paisaje Cultural” a esa parte de un territorio que, resultado de la acción humana y su influencia sobre factores naturales, surge como resultado de un proceso histórico natural y cultural de relaciones de una comunidad con un medio ambiente.
Cuatro valores fundamentales del PCC
La declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano con base en la sostenibilidad ambiental modelo en el manejo sostenible del suelo, con técnicas de cultivo que respetan la biodiversidad y conservan los recursos naturales, la cultura cafetera sinónimo de identidad que se refleja en las costumbres y tradiciones relacionadas con el café transmitidas de generación en generación, la arquitectura típica, que pese a su innegable transformación, habita en las perennes casas de bahareque, sus chambranas de vivos colores y techos de teja de barro, recibe con brazos abiertos a propios y extraños; y por supuesto, a la organización social que destaca a la región por su cooperación, desarrollo, solidaridad y resiliencia; se fundamenta en los siguientes cuatro valores fundamentales:
1. Esfuerzo humano, familiar, generacional e histórico para la producción de un café de excelente calidad en el marco de un desarrollo humano sostenible.
2. Cultura cafetera para el mundo.
3. Capital social estratégico construido alrededor de una institucionalidad.
4. Relación entre tradición y tecnología para garantizar la calidad y sostenibilidad del producto.











