Fotos y textos: María Daniela Melchor Castrillón
Gracias a una invitación de la operadora turística Royal Tour, tuve la oportunidad de vivir un encuentro con el pasado la evolución de la ciudad. Un recorrido relativamente corto pero intenso y emocionante porque la historia de nuestros antepasados está lleno de hechos heroícos que los elevaron al pedestal más alto del civismo en el concierto nacional, hasta el punto de ser un referente permanente a través de un dicho que aún hace carrera «ASI NO SE VA A NINGÚN PEREIRA? el cual se nos pone como ejemplo cuando no se toman las decisiones correctas o vamos por el rumbo equivocado.
La primera mirada que di al pasado fue en la Plaza Cívica Ciudad Victoria, en donde se instala, como construcción histórica, el edificio de rentas departamentales. A su vez, es un símbolo de renovación, pues fue la construcción de esta Plaza tras el sismo de 1999, la que permitió darle el nuevo rostro que hoy porta lo que era la antigua galería, caracterizada por ser una zona de tolerancia. Alrededor de ella hubo crecimiento comercial y fue la génesis del Centro Cultural Lucy Tejada. Es importante resaltar, que este proyecto de renovación urbana fue galardonado en el 2004 con el premio Leopoldo Rother en ordenamiento urbano y territorial.
Este recuento histórico continúa en la Calle 19, hoy rebautizada como Calle de la Fundación, compuesta por edificaciones modernistas como El Diario del Otún, el complejo urbano más alto de la región cafetera, y construcciones como el Palacio Nacional, la sede de la Alcaldía y la sede del Gran Hotel fundado en 1934 y declarado Patrimonio Cultural. Los andenes de esta calle, que en otrora permitían a la gente ver pasar las cargas de café que salían de la estación del ferrocarril, han sido marcados con letreros de bronce que resumen la evolución de la ciudad y, en su función tecnológica, cuentan con códigos QR para insertar la historia de Pereira a la era digital.
Durante el recorrido he llegado a la carrera 7, en donde se encuentra la casa de Enrique Ochoa -cordón umbilical de dos de los principales parques de la ciudad, la Plaza de Bolívar y el Lago Uribe. En la plaza de Bolívar se instaló en 1963 (año del centenario de la ciudad), el símbolo de la libertad con la escultura del Bolívar Desnudo hecha por Rodrigo Arenas Betancourt. También imponente podemos apreciar la catedral de Nuestra Señora de la Pobreza, la cual alberga en sus entrañas el museo In Situ y la belleza sin igual de su estructura interior, construida en madera bajo la técnica «estilo temblorero?. Tres cuadras más adelante en dirección a la calle 24 por las carreras 7a y 8a, encontraremos el Parque el Lago Uribe Uribe, que en las voces de los pereiranos de hace años se le decía la Plaza de la Concordia, lugar en el que las familias los fines de semana iban a montar canoa y en donde se dieron los noviazgos de los abuelos.
Con la advertencia de una fuerte lluvia paseo, finalmente, por el Viaducto César Gaviria Trujillo, conexión directa entre Pereira y Dosquebradas. Fue inaugurado en 1997 y pasó a ser uno de los puentes atirantados más grandes de Suramérica, lo que lo convierte en una de las obras más emblemáticas de la región. Así mismo, fue reconocido con el Premio Nacional de Ingeniería en 1998.
Con el recorrido histórico he concebido a Pereira como una ciudad pujante y cívica, lo cual la ha llevado a generar un tremendo desarrollo en aspectos culturales, sociales, económicos y políticos, los cuales se ven representados en sus calles y ariquitectura, que emanan historia y porvenir.
PARA TENER EN CUENTA:
La Ruta Pereira Cultural es ofrecida por la operadora turística Royal Tour. Info: citytour. royalexpress@gmail.com