¡El Eje Cafetero está más vivo que nunca! Esta afirmación la han corroborado sin vacilación alguna los miles de turistas que han recorrido durante el presente año esta bella zona declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Y es que la pandemia del Covid19 se convirtió en el mejor bálsamo para que las más importantes joyas naturales de la región, como nuestros Parques Nacionales Naturales se revitalizaran de tal manera que constituyen el mejor antídoto para cientos de turistas nacionales e internacionales lo recorran en búsqueda de experiencias que inundan la mente, el cuerpo y el espíritu, como sucede con el aviturismo, el senderismo, el ciclomontañismo, el trekking y muchas otras actividades que activan fácilmente los sentidos de quienes recorren este territorio.
Somos potencia mundial como destino de turismo de bienestar y naturaleza. El creador supremo nos ha privilegiado no solo con una gran variedad de pisos térmicos, sino además con una topografía conformada por inmensos valles y montañas bordadas con los más bellos tonos de verdes y ante todo sublimizados por unos amaneceres y atardeceres únicos en esta zona tropical.
La vitamina N, (Vitamina Naturaleza) como la llaman muchos expertos en el mundo de la relajación o el mindfulness, tiene en nuestra zona andina colombiana una de las mejores cosechas. Si a lo anterior le sumamos esa gran riqueza cultural que nos identifica ante el mundo por los sabores, colores y olores de nuestra gastronomía y la cordialidad y servicio que caracteriza a quienes servimos de anfitriones, seguramente que no será difícil enamorar a quienes recorren la zona y garantizar que vuelvan en poco tiempo en la búsqueda de todo el encanto que esta región les brinda.
Llega diciembre con su alegría y su colorido. Nuestro Eje Cafetero brilla con luz propia, pero gracias a las luces navideñas fortalece aún más su brazo energizante para dar siempre calor y solaz a quienes llegan en su búsqueda. Feliz Navidad y próspero año amigo lector.
FABIO CASTAÑO MOLINA