Geross
Son dos. Mario y Fabio Bustamante. Dos hermanos que han dejado profunda huella de su existencia en el territorio del arte en nuestra Pereira del alma. Todo el mundo los conoce y los reconoce. Los mira y los admira. Y los respetamos con una devoción única, palpable, medible.
Mario con su espectacularidad cromática y Fabio, con su inconmensurable capacidad para trabajar la madera, la talla, la escultura, el volumen, las formas. Tiene una manera muy particular de escribir poesía, pues lo hace con el cincel y las gubias y sobre la madera, en la que sacando los bocados, descubre figuras que solo son posibles, gracias a su destreza, esa que es única e irrepetible.
Sus tallas en madera, las que hace a diario, en sus ratos de ocio, en sus ratos de inspiración, en sus ratos de compromiso, con luz natural o de noche, son pura música, son encantamientos, son verdaderos cantos al amor y a la vida. Nada le queda grande y al contrario, la leña que los hombres descartan, él las vuelve obras de arte que pasan a ser admiradas por los que sudamos sensibilidad.
Hermosa esa colección de trabajos nuevos que ahora prepara para mostrar en una exposición que se avecina. Ojalá sea muy pronto, pues hace rato que sus admiradores y coleccionistas no contemplamos.
Son dos. Mario y Fabio Bustamante. Dos hermanos que han dejado profunda huella de su existencia en el territorio del arte en nuestra Pereira del alma. Todo el mundo los conoce y los reconoce. Los mira y los admira. Y los respetamos con una devoción única, palpable, medible.
Mario con su espectacularidad cromática y Fabio, con su inconmensurable capacidad para trabajar la madera, la talla, la escultura, el volumen, las formas. Tiene una manera muy particular de escribir poesía, pues lo hace con el cincel y las gubias y sobre la madera, en la que sacando los bocados, descubre figuras que solo son posibles, gracias a su destreza, esa que es única e irrepetible.
Sus tallas en madera, las que hace a diario, en sus ratos de ocio, en sus ratos de inspiración, en sus ratos de compromiso, con luz natural o de noche, son pura música, son encantamientos, son verdaderos cantos al amor y a la vida. Nada le queda grande y al contrario, la leña que los hombres descartan, él las vuelve obras de arte que pasan a ser admiradas por los que sudamos sensibilidad.
Hermosa esa colección de trabajos nuevos que ahora prepara para mostrar en una exposición que se avecina. Ojalá sea muy pronto, pues hace rato que sus admiradores y coleccionistas no contemplamos.