Además de la belleza arquitectónica de su plaza principal, fiel reflejo del legado aportado por la colonización antioqueña, de su monumental Casa de la Cultura y la arquitectura de su cementerio, declarado patrimonio cultural de la nación, el municipio risaraldense de Marsella ofrece hoy a quienes lo visitan una nueva manera de disfrutar la exuberancia paisajística que en la década de los años 90, le hizo acreedora al Premio Global 500 de la ONU por el extraordinario trabajo de reforestación de sus comunidades.
El también conocido «Municipio Verde? de Colombia, quiere sacar todo el provecho a la topografía y la belleza del entorno paisajístico que ofrece la carretera que la comunica con Pereira y Manizales, impulsando entre el turismo nacional e internacional que llega al Paisaje Cafetero el disfrute de lo que ha denominado «Vía lenta a Marsella?.
Se trata, según lo indica el ex gobernador de Risaralda e hijo de esa tierra, Carlos Arturo López Ángel, de erradicar entre los viajeros por esa vía, la creencia de que esta no es nada agradable para recorrerla por la cantidad de curvas que la conforman, cerca de 333, lo que produce fácilmente mareo entre quienes la transitan a alta velocidad.
Con esta nueva filosofía de vía lenta, y tomando como modelo experiencias europeas, buscamos que el turista se relaje. Que deje los afanes y que acompañado de una buena cámara de fotografía o de video, aproveche esa fábrica de paisajes alucinantes que le ofrece el recorrido, explica el ex mandatario marsellés.
Precisa que el recorrido ofrece a pocos minutos de su inicio en Pereira por el sector del corregimiento de Combia, una primera parada en el punto conocido como la Bodega. El lugar con más de 100 años de existencia, es ideal para desayunar unos buenos chorizos y un plato de calentao.
Posteriormente, en la vía de ascenso hacia la vereda la Oriental, se puede hacer una segunda parada en la finca Villa Martha para conocer el proceso del café, disfrutar del observamiento de aves, alojamiento y un buen baño de piscina. Ya en predios de la Oriental la vía a lado y lado ofrece variedad de restaurantes, con comida típica de la zona: bandeja paisa, sancocho de gallina hecho en leña; tamales, chorizos, mazamorra y el afamado pescuezo de gallina relleno que ofrece el restaurante de «Estercita?.
El lugar es punto clave para el disfrute del paisaje, pues según López Ángel, en atardeceres despejados es fácil apreciar en el horizonte no solo la magia que ofrecen laderas bordadas en cafetales con verdes en todos los tonos. Paisajes imponentes reflejan la inmensidad y hermosura de zonas como el Valle de Risaralda que se engalana con el serpenteante cauce del río Cauca.
Imponente también y sin comparación alguna, se levanta majestuoso en el horizonte el Parque Nacional Natural de Tatamá como barrera protectora de los vientos que llegan del Pacífico. Atardeceres que permiten ver enclavados como perlas luminosas a poblaciones como Balboa, Belálcazar, San José, la Virginia, y gran parte de casco urbano de Marsella, entre muchos otros caseríos.











