Israel atrae a la gente por muchas razones. Para algunos por el sol radiante; para otros por la gran variedad de sitios y paisajes, ya sean históricos, arqueológicos, religiosos y simplemente bellos; y para otros por el fascinante contraste entre lo moderno y lo antiguo.
A pesar de ser la cuna del cristianismo, esta tierra santa también alberga diversos lugares sagrados para los musulmanes, bahaíes drusos y judíos. Entre ellos está la Iglesia de Getsemaní en Jerusalén, lugar donde, de acuerdo a la tradición cristiana, Jesús y los apóstoles oraron inmediatamente después de la Última Cena, la noche anterior a la crucifixión.
Otro sitio es el río Jordán en Israel donde, según la tradición, transcurrió uno de los eventos más importantes de la narrativa bíblica de la vida de Jesús: el bautismo. Jerusalén es considerada una ciudad sagrada por las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Contemporáneamente se entiende como Tierra Santa todos los lugares en los cuales se desarrollaron escenas bíblicas tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, comprendiendo territorios en menor o mayor grado de los siguientes países modernos: Palestina, Israel, Egipto, Irak, Siria, Turquía, Grecia y Creta.